Es Facebook una Conspiracion Liberal?

Según escribe Oliver North (ese ilustre antecesor de la colaboración con los enemigos del país en que nació) en un artículo de hace unos años en Human Events, quizás el web site conservador más importante; la izquierda liberal de los estados unidos (la frase “comunismo internacional” ha caído en desuso luego de Gorby) ha estado culpando de cada tropiezo por el que ha pasado el país a “una vasta conspiración de la derecha” (la frase es de Hillary Clinton). El Teniente Coronel tiene razón y la lista de teorías conspirativas es larga y famosa: el asesinato de los Kennedy, la toma de la embajada en Irán, el asunto de la Lewinsky (que dio origen a la frase de Hillary), el robo de las elecciones del 2000 y por supuesto; la guinda en el helado: el ataque del 9/11 por el ex operativo de la CIA Osama bin Laden.
Tan distraídos han estado los conservadores en desenmascarar las mentiras liberales que han estado ignorantes del movimiento que logro subvertir la honorable tradición norteamericana de que el Presidente de la Nación fuera un hombre (subrayo lo de hombre) blanco, casado con una mujer que no le interesara sexualmente (y no estoy hablando solo de Bill o the Ronald o de Jimmy quienes tenían un legitimo derecho a no interesarse en sus esposas sino tambien JFK o FDR o Lincoln) y con un árbol genealógico falso que rastreara a sus ancestros hasta el Mayflower (idealmente hasta Guillermo el Conquistador, pero esa tradición se ha perdido desde Roosevelt hasta la fecha).
Y la culpa es obviamente de Facebook. No hay que ser muy listo para darse cuenta que un presidente liberal es usualmente el resultado de una crisis producida por alguna cagada conservadora especialmente grande (deje ud a un conservador en el poder el tiempo suficiente y tendrá con seguridad un desastre en las manos), pero aun así un negro (de áfrica para colmo) y encima de eso con un nombre que combina los de Saddam y Osama era completamente impensable para presidente de una nación orgullosa de ser segregada (tienen leyes para dar cuotas a las minorías, por la simple razón de que si no las minorías estarían jodidas en el reparto de cualquier cosa desde becas escolares hasta trabajos del gobierno), ignorante (quizás el único país “civilizado” en el cual se discute la relevancia de Darwin) y desigual (el 15 por ciento de la población controla el 60 por ciento de la riqueza nacional y aun así paga menos impuestos que en época de Reagan).
Este estado de orgullosa segregación, ignorancia y desigualdad se refleja en el principio rector de las elecciones en los estados unidos: el que tenga más dinero es el que gana. Hasta este día, los liberales han ganado las pocas veces que lo han hecho, surfeando alguna ola de descontento anticonservador (como en el caso de Carter y Ford) o con el sucio truco de elegir como candidato a un tipo que es más atractivo y sexy que el de los Republicanos (como en el caso de Clinton y JFK). Esa misma razón le quito cualquier posibilidad a Ross Perot, esa fresca bocanada de brisa del desierto, que nunca tuvo chance siendo como es un hombre feo, calvo y bajito.
Ante la imposibilidad de cambiar las reglas, que se basan en los tres principios antes mencionados, un grupo de alumnos de Harvard (cuna de los liberales más peligrosos sueltos en el país, incluyen a Obama y a los Clinton) creó en el 2004 una herramienta para subvertir esas mismas reglas y hacer posible el golpe de estado consumado el 4 de noviembre pasado. Un lugar gratis (típico engendro liberal, cualquier conservador honesto sabe que nada gratis en bueno), donde la gente puede perder el tiempo diciendo lo que les pasa por la cabeza. Todos sabemos que los genios malévolos detrás de la campaña de Obama, utilizaron la herramienta web, primero para llevar a Hillary a la bancarrota (bueno, no tanto, porque tiene 100 millones de pesos) y luego para movilizar al montón de estudiantes, desocupados, miembros de los sindicatos y mujeres solteras que eligieron a Obama. Lograron esto basándose en dos factores que incluso a gente brillante como el Lt Col. North y Anne Coulter pasaron por alto. Primero: Los pobres son más generosos que los ricos. A pesar de toda la fanfarria sobre las organizaciones de Caridad, los filántropos (ahora sale una serie sobre un multimillonario que arriesga su vida para llevar ayuda a pobres negritos de áfrica y chinitos de china, que se llama así mismo, The Philantropist…) y las cenas de recaudación; la estadística demuestra que los que más donan son los pobres. La gente rica tiene la curiosa idea de que a ellos les cobran más impuestos que a nadie (si! Con los recortes de Bush y todo) y por tanto tienden a poner con menos frecuencia en el cepillo y a dejar (proporcionalmente) menos propina, como sabe cualquiera que haya trabajado en un lugar frecuentado por gente rica. (yo tuve la experiencia hace poco, trabajando en el Murano Grande, uno de esos condos para millonarios aquí en South Beach en que un tipo que maneja un Mercedes de 115 000 dólares, no bromeo, me dejo 20 dólares de aguinaldo navideño …y una amable tarjeta de felicitación luego que me pase el año toreando que la borracha de su mujer no se matara en las escaleras…).
Que hicieron esos malditos liberales de Harvard? Crear un mecanismo para convertir en irrelevantes las cenas de recaudación. Pidiendo a través de Facebook se recauda más dinero que con todas las cenas del mundo. En 3 meses el Africano no solo tenía más dinero que la Clinton, sino que no necesitaba gastarlo! Por la sencilla razón de que organizaba a sus secuaces a través de la internet, mientras Hillary perdía la voz en un mitin de campaña tras otro. Cuando único subió en las encuestas un poco, fue cuando soltó unas lagrimitas y el video se puso en Utube.
El otro principio en que se basaron esos traicioneros bandidos fue uno de los pilares de la elección del presidente ya mencionado: quienquiera que salga electo debe emitir una palpable frialdad hacia la mujer que sea su esposa. Incluso cuando son esposas trofeo como Jackie Kennedy o Laura Bush, mujeres notablemente bonitas. Es conocido que Jack Kennedy le pasó cuchilla a medio estados unidos sin hacerle a ella el menor caso. En la sexualidad de W es mejor no pensar, pero esos tipos que hablan con Dios (y a los que Dios les habla de vuelta) son notables misioneros (ejem).
Con Facebook, todo el mundo se encontró con este tipo, casado con una mulatona a la que evidentemente hay que proporcionarle su cabilla con regularidad (ellos mismos se encargaron de regar que cuando el está de campa ella se pone “descontenta” y le da bateo) con aspecto de tener el “instrumento de Mutombo” (en algún momento buscare el chiste en internet y lo pegare para los que no lo hayan visto) recuerden que su papa es de Kenya… y que la mira como si fuera a usarlo en cualquier momento.
Y no es que el viejito McCain no tenga aspecto de usar la Viagra en todo lo que vale, pero esa flaca millonaria que tiene por mujer da la impresión de ser tan cálida como una de esas Coors nuevas que se enfrían cuando uno las destapa.
Un poco arriba dije incorrectamente que a Obama lo eligieron mujeres solteras, un lapsus, también las casadas. Todos estos detalles no hubiesen salido a la luz si no fuese por facebook. Lo cierto es que la única tradición que ha quedado en la Presidencia del país es lo del árbol genealógico falso hasta el Mayflower, pues ha Obama le engancharon uno.
Y ahora acaba de aparecer otra manera de perder el tiempo en la Web, el Twitter, creado por un tipo que habiendo nacido en Missouri (lugar de solidas raíces conservadoras) prefirió mudarse a Oakland asi que se imaginan... Y el tipo mas popular en el nuevo engendro es nada menos que Ashton Kutcher, un personaje casado con una mujer mucho mayor, signo de un liberalismo decadente y de abandono del estimable principio según el cual solo hombres se pueden casar en buena consciencia con mujeres mas jóvenes. Así que solo puedo recomendar al Coronel North a y la Coulter que le pongan un ojo encima al Twitter, si este asunto no se controla rápido, pudiéramos tener como próximo presidente a una de las hermanas Williams o incluso (no lo quiera Nuestro Señor) a Oprah Windfield.