jueves, 18 de junio de 2009

El Problema de la Escuela al Campo

Me estaba leyendo que en estos días se está resucitando el asunto de la Patria Potestad. En cuba han estado hablando de eso, en Miami han estado hablando de eso también y por extraño que parezca; en Venezuela están hablando de lo mismo. Un tema que parecía haber pasado de moda un montón de tiempo atrás, si se descuenta el asunto de los niños Peter Pan (las primas vinieron por ahí) y que al final de cuentas no parecen más infelices que los que se quedaron o vinieron después. Los que conozco parecen más bien felices. En general opinan que empezaron con ventaja.
Pero sí me llamó la atención algunos post de internet en que se decía que los niños cubanos no pertenecían a sus padres (me imagino que en el sentido de responsabilidad legal) porque los mandaban a la escuela al campo todos los años. Por supuesto, pensé; “este no fue al campo en los 80”. Me vino a la mente el asunto de la UMAP (los comunistas son de puya…). Pero no estaban en realidad hablando de eso. Estaban hablando de la Escuela al Campo, esa normal de todo el mundo…y la verdad es que en realidad, incluso para personas que odiaron la escuela en el campo (como, por ejemplo YO; que la odie cada sucio e incomodo día desde que llegue y fui directo a inaugurar la letrina de Guajay 3 en séptimo grado, hasta la última ida a Consolación del Sur a recoger tomates, ya en la universidad…), no dejamos de sonreír cuando nos acordamos de ella.

Por supuesto no estoy hablando de la escuela al campo obligatoria que se está metiendo la generación de ahora para poder hacer el Pre (los comunistas se pueden poner hostiles por periodos largos y hace casi 20 años decidieron que los chamacos estaban mejor becados) sino la autentica escuela al campo a la que fue todo el mundo: a saber (hasta la generación de mi esposa), 30 dias en la secundaria y 45 en el Pre. Los mas chiquitos, solo los 45 del Pre. La universidad….depende. Mas que menos obligatoria, pero evitable. En la Habana. En provincia, Dios sabe.
La generación de mis padres la paso bien. Requerían poco. Tenían entusiasmo. Lo mismo mi suegra y casi todos los padres de gente de la generación de los 70. El que no se fue, pasó la escuela al campo y en general se divirtió muchísimo. Incluso los que hicieron la zafra del 70. I Tio Tony, por ejemplo, estuvo 72 días en Camagüey (debe haber tenido como 20 años) y cuando llego; mi abuela le grito desde dentro de la casa: “No entres!!! Da la vuelta por el pasillo hasta el patio, donde lo hizo desvestirse, le dio manguera y jabón de lavar con estropajo y quemó la ropa. Tony se había bañado solo los dos primeros días (“el agua era solo un chorrito y había 10 grados celcios!!!” explicó luego) y por supuesto tampoco se había cambiado la ropa. (“no le vi ningún sentido, si no me iba a bañar”, le dijo tranquilamente a su hermana). Pero aun asi, la pasaron reyes.
Mi generación, ni hablar. Escuela al campo en los 80. Pinar del Rio. La guayabita del Pinar cuesta 7.50 y tiene cuarenta grados. Cuidado en la ingesta de la dulce. Revienta. Bombita de reloj. No tomar con hielo, porque se enmascara. No tomar caliente. Nunca.
El Legendario en la bodega de La Escogida, un batey que había crecido en el centro de 4 campamentos, de los cuales, el que estaba dentro del pueblo se llamaba…La Escogida, los otros eran, sitio 1, sitio 3 y (alejado al final del camino), tan tataaaam!: sitio 4. Donde reinaba el inigualable Peteco, Físico Nuclear; costaba 11.80. 12.00 si no llevabas el vacio.
Que digan, el Bolo, y Marcos si reuniendo 1000 pesos cubanos entre 5 (una tabla aclaró Marcos, varias veces) no se alquila una cabaña el fin de semana en La Coloma?
Y quien no templó en el campo? Y quien no aprendió a bailar en el campo….y a jugar domino..y a fajarse…incluso si eras Abelardito de niño, pues la escuela al campo requiere un nivel de supervivencia superior al normal. O a comer cosas realmente increíbles (un puerco matado por mi mismo…o un carnero comprado a un guajiro son de las mejores)….y Ay de Aquel acostumbrado a bañarse con calentador en invierno, pues aprenderá a base de experiencia……que el calentador en invierno no es una precondición para la vida: es uno de los lujos de la civilización y no debemos escatimarle loas a su creador.
Tres generaciones de cubanos de las ciudades sabe distinguir a ojo el tabaco rubio del negro y sabe (quien olvida la experiencia) la consistencia que adquiere sobre las 10:30 de la mañana, esa agüita dulce que te callo en los brazos y en el pelo a las 8. La que estaba fría con cojones. Esa.
Todo el mundo se acuerda de deshijar? Y de escardar? Y de COSER? Recuerda todo el mundo lo que es trabajar en la casa de tabaco (maravilla, jevitas cerca, no sol). Y tomar agua del regadío (conozco un socio de La Maya que solo toma Evian…) y de los charcos? Todas y cada una de las historias son terribles.
Y sin embargo, el nivel de historias terribles es casi siempre menor que las buenas y agradables. Incluso si en algún momento uno se horrorizó de las posibles consecuencias, ahora son simpáticos. Cuando lo miras desde la perspectiva de más viejo, te horrorizas un poco, pero no es para tanto y después de haber sobrevivido 9 escuelas al campo sin más cicatrices de las que causan unas vacaciones en Guanabo, me sentí ofendido con eso de la escuela al campo como algo degradante. Fuimos, vimos y vencimos. Más o menos. Da para buenos cuentos y un par de buenos amigos. Es que uno gana algo mas cualquier otra parte?

3 comentarios:

  1. Y las batallas contra los caballistas? Te acuerdas de eso?

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  2. Muy de acuerdo con el socio, aunk siempre preferi Tarara... ¿Alguien hace una peli?

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  3. Te fijas que nadie se ha atrevido hasta ahora...

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