Muchos años atrás, allá por los 70, existía una isla en el Caribe, donde la música americana estaba prohibida. Bueno, en realidad toda la música en inglés estaba mal vista y es famoso el caso de una nadadora expulsada del INDER por bajarse de una avión con un disco de los Beatles en la mano (los comunistas, por razones que solo conocen ellos, opinaban que los Beatles eran Enviados del Imperio).
En esa tierra increíble, los habitantes eran premiados en la televisión y la radio con una resma de excelente música producida en Alemania (Ein Kessel Buntes, que a estas alturas todavía no se qué significa), Bulgaria (Bicer Kirov, “Cuba, Bulgaria; una rosa y un machete. Cuba, Bulgaria; significa Amistad!”) y por supuesto la URSS (Ala Pugachova, que por cierto, cuando estuve en Moscú en el 2006 me entere que es la Gran Vedette Rusa y sigue siendo adorada. Y se conserva muy bien.) Estas maravillas de nuestros Hermanos Socialistas se matizaban con los talentos irremplazables de Beatriz Márquez (Annia y Mirta todavía no habían comenzado sus famosos duelos) , Héctor Téllez, Ojedita y por supuesto ese gran cantante cubano: José Valladares (el Hombre del Millón de Amigos). De cuando en cuando te ponían a Silvio y a Pablo, pero todavía no habían ido a Argentina y Uruguay y por tanto no eran preferidos de Fidel Castro.
Y entonces un día de 1978 o 79, oímos que de la televisión salía una muy contagiosa música y (maravilla de maravillas) el que cantaba lo hacía en ingles. Corrimos al televisor y de pronto nos encontramos con que un negrito flaco de espeldrum bailaba y cantaba como un demonio, moviendo de manera increíble unos pantalones campana. La canción sonaba (para los cubanos de los 70, acostumbrados ya a las clases de ruso en televisión y en la escuela) algo así como: “El Chi, El Cha, Se me Cae la Trusaaa…”. Nos quedamos paralizados completamente, pues nos dimos cuenta, no solo que la música era excelente, sino porque el negrito (se llamaba Michael Jackson) era Americano!
Increíble! Pensamos todos; las cosas están cambiando! Unos días después (pues al parecer como el cantante era negro, los censores encontraron que un miembro de las explotadas minorías que conspiraban para hacer La Revolución en Las Entrañas del Imperio, era digno de nuestros esterilizados oídos socialistas…) no pusieron Otra Canción del Negrito!! Esta sonaba algo así como: “Kun, Kun, Abre las Patas y Goza!” Y ese fue el principio del fin de La Cortina de Bagazo.
Luego nos pusieron a Lionel Ritchie (All Night Long!) y el Show de los Muppets, y empezaron a poner películas americanas de nuevo (Alien y Una Rubia Peligrosa) y finalmente (luego de un profundo debate ideológico, pues era un símbolo del Imperialismo…) La Guerra de las Galaxias (doblada al español).
Pero el deshielo empezó por Michael Jackson. Por eso, incluso en los momentos más bajos de su carrera; en medio de las cirugías plásticas, el destiñe o las acusaciones de pederastia, Michael ocupa un lugar en nuestro corazón. Cuando lo veíamos sentimos siempre un vientecillo de libertad que nos levanta el ánimo y nos hace querer tirar “el pasillo del Maikel” y cantar a voz en cuello “el chi, el cha, se me cae la trusaaaa!! Para mi generación y la de mis padres la civilización occidental comienza en Michael Jackson. Lo vamos a extrañar.
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Como me hiciste recordar cosas...la casa de mi abuela en Luyano; la mesita de hierro llena de discos de acetato con todos aquellos idolos musicales (Karel Got, Dennis Roussos, este era griego?); y en el centro: TaTannnn! el flamante tocadiscos "Accord", un engendro mecanico mitad metal mitad madera, que haria morir de envidia cualquier galeria avant-garde en el Design District y que ademas de pesar casi como un saco de cemento, tambien reproducia musica con una calidad aceptable. Increible no?, el socialismo tambien producia poesia...pero abstracta.
ResponderEliminarSi. Este articulo tuyo bien podria ser el perfecto epitafio para una estatua del "Maikel" haciendo su legendario Moonwalk frente a la mirada serena de John Lennon en el parque de 17 y 8 en el Vedado. Es verdad que lo vamos a extrañar.
Coño, Dennis Roussos...y el disco de Enmanuel canta a Manuel Alekandro...
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