Raul Castro y el sentido comun en el comunismo II (o la Añoranza por el Lider)

El retiro de Fidel Castro hace un par de años ha desatado en Miami un fenómeno que no por esperado deja de ser simpático. Me imagino que tiene que ver con la personalidad melodramática de los cubanos para quienes los tiempos pasados (ya sean los 50 para la generación de mis abuelos o los 60 para la de mis padres o los 80 para nosotros..) siempre son de Vacas Gordas…

Yo lo llamo Añoranza por el Líder y es una reacción natural a la aparente falta de personalidad del nuevo gobierno. Para librarse de esa sensación hay que entender una cosa sobre el nuevo gobierno cubano. El grupo es el mismo, pero los intereses son muy diferentes. El único obsesionado con los estados unidos y Miami y convencido de que su papel histórico es el de "Enemigo del Imperio", es Fidel Castro. A Raúl eso le importa un bledo. Ya sé que es difícil habituarse a estos movimientos de política que no están diseñados para interactuar de alguna forma con Miami y la comunidad cubana de aquí, pero así han resultado las cosas. Como siempre los cambios no son los que la gente espera o incluso desea o cree posible, pero esa es la naturaleza del asunto. Imprevisible y jodido.

Lo cierto es que los cambios (imagino que se les puede llamar así) más importantes de la política de RC son dirigidos a otros lados: lo primero que hizo fue relajar las restricciones para que la gente entre cacharros electrónicos y otras cosas a Cuba. Raúl Castro tiene 50 000 trabajadores semi esclavos en Venezuela, a cambio de los cuales recibe 100 000 barriles de petróleo diarios. Aquí hay que reconocer el excelente negocio que hace el gobierno de Venezuela que paga unos 3000 dólares por cada operación de la vista; cuyos costos oscilan en los estados unidos entre 15 000 y 90 000 dólares. Pero la soberbia natural de Fidel y su tendencia a tratar a los ciudadanos del país como si fueran sus siervos de la gleba (en términos económicos, pues solo El les provee de empleo y en términos legales, pues cada uno de los cubanos necesita Su Permiso para hacer cosas esenciales como salir y entrar al país o cambiar de vivienda) no es compartida por Raúl. Raúl sabe que no dejar que esos 50 000 siervos prestados a otro dueño reciban alguna gratificación es imbécil y deben dejárseles al menos tener ciertos derechos mínimos sobre sus propios bienes (ganados con el sudor de su frente en los cerros de Caracas y la selva de Paraguachón o los Andes venezolanos; donde estaba el Vladi, mi socio, que conoció a su hijita cuando tenia 7 meses). De ahí la relajación de las restricciones y su importancia. Esta política no es importante para Miami. No es importante para la familia de la gente que esta en Miami. Es importante para la gente que esta en Venezuela (y Sudáfrica y Centroamérica y Mali y Paquistán) y la falta de enfoque del gobierno cubano en su querida mafia terrorista y su adorado Bush (ahora el inescrutable Obama), y sus celebradas guerrillas colombianas y sus hermanos los atacantes suicidas palestinos e incluso su discípulo y seguidor Hugo Chávez, tiene sacada de paso a la Segunda Ciudad de Cuba.

Increíblemente a esta ciudad le esta costando mas trabajo acostumbrarse a la Ausencia del Líder que a Cuba. Con el tiempo la cosa debe mejorar a medida que viaje mas gente a la Isla (mucho que ver tendrá el que logremos salir de los Díaz Balart y comparsa) y regrese contando como les va sin Fidel y nos iremos enterando (“la cosa es igual, pero peor, aunque haya mejorado” me dijo un amigo venido de cuba hace poco con típica dialéctica criolla, contradictoria solo para los no nativos), de la evolución de los acontecimientos; pero a quien crea que los cambios en cuba no existen o que el retiro de Fidel Castro no es algo fundamental en la historia del país debería pensarlo dos veces. No más tribuna abierta. No mas “Discursos Históricos”. No mas “supervivencia humana” o “pueblo enérgico y viril que llora”. No más Fidel. Acostúmbrense.