jueves, 4 de febrero de 2010

Los cubanos de Miami y el Nuevo Peligro Amarillo

A pesar de la lluvia de insultos, invectivas y nombretes con que los cubanos (tanto los de cuba como los de Miami) suelen calificarse (o descalificarse), la verdad es que solo en algunos casos muy contados uno tiende a creerse lo que nos decimos los unos a los otros. En general no conozco a nadie que realmente crea que Jaime Suchlicki es un agente del comunismo internacional o que Ileana Ross es miembro del KKK.
La verdad es que, si dejamos de lado algunos peligrosos idiotas que se dedican al terrorismo y al espionaje y que van desapareciendo poco a poco por causas naturales (la cagalera de Fidel o el cáncer de colon de Andrés Nazario, fijarse en la coincidencia de destinos…) uno no se esperaría abrir las páginas de un periódico de Miami y leer a un articulista llamar al genocidio de toda una civilización (la más antigua del mundo, con más de 5000 años de historia, por cierto).
Pero a veces nuestro querido pantano se aferra con todas sus fuerzas a sus raíces tercermundistas y mierderas y nos regala una sarta de cretinadas intolerantes como las del último artículo de Vicente Echerri en el Herald, en que trata de desempolvar nada menos que al viejo Peligro Amarillo. No estoy bromeando, en un artículo en el Nuevo Herald, Echerri pide un ataque con armas nucleares contra China.
No me imagino otra cosa que el hecho de que a Echerri se le están acabando los enemigos o simplemente los miedos cuando pide la aniquilación nuclear de la sexta parte de la humanidad. Si a eso le agregamos que de acuerdo a la derecha americana, debemos acabar con los árabes y esterilizar a los latinos (eh, esos somos nosotros!!) , casi que no va a quedar nadie a quien tenerle miedo. Bueno, supongo que ahí están los extraterrestres, que si bien imaginarios (o precisamente por ser imaginarios) se convertirán en la amenaza principal para la civilización.
De cualquier manera a lo mejor lo que estamos viendo es la influencia de Mafalda en la mente afiebrada de algún cretino, recuerden lo que le dijo al padre en una ocasión: “Si los chinos se ponen de acuerdo para dar todos una patada en el suelo, los demás se la pasarían mal”. Sin más, os dejo con esta pieza de museo, digna de la oficina de cualquier oficial de las SS.

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